Dicen
por ahí que todo lo que sube tiene que bajar, lo que empieza tiene que acabar.
Sin embargo, la mayoría de nosotros cuando empezamos nuestro primer año nos
parecía que nos iba a tomar una eternidad terminar nuestra carrera universitaria.
¡Cuatro años, Señor! ¡Cuatro años! Y quien iba a decir que estos se fueron
volando. Durante este tiempo muchos de nosotros derramamos lágrimas, pero
también nos reímos como nunca. Algunos sufrieron desencantos de parejas, y
otros encontraron al amor de su vida; si no están comprometidos están apunto de
casarse. Muchos se quejaron de Marcia Crespo, pero la verdad que a mi me pareció un pan de Dios (wait, I’m I the only one?). Y cómo olvidar nuestro retiro espiritual en la finca de Toyo? (Fue el mejor día que Laura Hernandez y Sulyna Gómez pasaron).
Durante
el último semestre muchos nos vimos corriendo, algunos trotando, y otros
gateando. Mario Torres y yo nos dábamos ánimos cantando y bailando, “Suma Cum
Laude.” Con Daniel López era la queja de los carros descompuestos, y con
Darionel Bueno nos alegrábamos la vida con un Mangú. Cada graduando le daba
gracias a Dios por los exámenes online (not because we didn’t study… We
simply failed to memorize and learn class material). Ah, y por supuesto, la comida de la cafetería nunca la
olvidaremos. Alguien sugirió que se le llamara, “Cafetería Maná”, porque no hay
Ma’-Ná. En fin, nuestra amada Universidad Adventista de las Antillas nos dio un
sin número de experiencias.
Finalmente,
el momento que todos esperábamos por 4 prolongados años llegó. Nuestro
presidente Obed Jiménez nos declaró graduados. Celebramos, nos abrazamos, y festejamos
con nuestras familias. Esa noche al salir del restaurante, caminando mi madre y
yo, su brazo sobre el mío, voltea hacia mi y me dice, “Se acabó todo. ¿No te da
tristeza?” Le respondí, “No. Es tiempo de seguir hacia delante y no mirar hacia
atrás.”
El
mensaje que le dan los ángeles a Lot en Génesis 19:17 tiene que ver mucho con
la última oración del previo párrafo. De hecho, es el mensaje de Dios para ti.
Los ángeles le dan la orden a esta familia que salgan de la ciudad, que corran
por su vida, pero que “NO MIREN HACIA ATRÁS.”
Sí, es
cierto. En la UAA hicimos muchos amigos y muchas experiencias inolvidables, no
obstante, lo mejor de tu vida no está en tu pasado sino en tu futuro. Tienes un
Bachillerato en Ciencias o en Artes, eres un profesional, tienes potencial, a
Cristo de frente y al mundo a tus espaldas. Quieras o no quieras ya no eres la
misma persona que eras cuando empezaste hace cuatro años. Aprovecha esta
oportunidad de tu vida y
¡MOVE ON! No mires hacia atrás.
Te
sugiero que hagas una limpieza total en tu vida. Desecha todo lo que te
intoxica, tala desde la raíz lo que te abrume, lo que te no te hace feliz. Esta
es tu oportunidad de cambiar de canal, de tener un nuevo comienzo. Recuerda, en
Jesús eres una nueva criatura. En Él tienes un nuevo comienzo.
Decide hoy si VIVIR o volverte una ESTATUA DE
SAL al mirar hacia atrás.
Bendiciones!
Pr. Sergio Ochaeta
Pr. Sergio Ochaeta