viernes, 10 de mayo de 2013

¿Cómo se cuál es la voluntad de Dios?


"El sabio de corazón controla su boca, con sus labios promueve el saber" (Proverbios 16:23).


La mayoría que estamos ahora en la iglesia crecimos en un ambiente no cristiano. En un mundo dónde tal vez el lema fue “hazte rico o muérete tratándolo” o quizá “La Vida es un Carnaval –Gózala!” En ese ambiente aprendimos y adoptamos un conjunto de teorías y pensamientos que nos prometía lo mejor de esta tierra, pero al final su propósito era llevarnos a la confusión, oscuridad y la muerte. Una vez me dijo una persona a la cual amo mucho, "Acuéstate con todas las mujeres que puedas, ya que, si no lo haces, al final, alguien más lo hará.” Algunos de nosotros decidimos seguir estos tipo de consejos, y aprendimos las maneras de complacer los perversos deseos de nuestros corazones pecaminosos. Algunos de nosotros fuimos más cuidadosos con nuestras decisiones, y aunque no hemos participado en estos "grandes" pecados, nuestra mente ha adoptado ciertos principios, costumbres y formas de pensar de la cultura de la gente que nos rodea. De todas maneras, el hecho es que TODOS hemos estado íntimamente afectados por la errónea paradigma que algunas personas tienen de la vida.

La mayoría hemos hecho como Salomón: “Sin embargo, nos hemos aferrado a estas cosas” (1 Reyes 11:02). La ilustración que da el diccionario de la palabra unirse / aferrarse es de la fuerte penetración que tiene el humo cuando la ropa se expone a este. El olor se queda por días!

En los cinco relatos de la Biblia donde la palabra
דבק  (dabaq) (aferran / unirse) se menciona, en uno de ellos la idea que el texto da es la relación que el infante tiene con los pechos de su madre. Es una conexión muy estrecha e íntima. Desgraciadamente, este es el tipo de relación que nuestras mentes tienen con los principios, costumbres, y formas erróneas de pensar que la gente y la cultura nos ha enseñado desde que entramos a este mundo.

La mayoría de nosotros, por lo tanto, nos encontramos de vez en cuando participando de conversaciones que un imitador de Cristo no participaría. En serio. Piensa en ello. ¿Qué sueles hablar con tus amigos? Con tu mejor amigo? Con tu esposo o esposa? Con esa persona con la cual te sientes bien? ¿Qué tipo de chistes dices? ¿Cómo bromeas usualmente? Se real contigo mismo. ¿Siempre hablan en un doble sentido? ¿Albur? Sexo? Hombres? Mujeres? ¿Dinero? ¿Chismes? ¿Problemas? ¿Trabajo? ¿Jesús? ¿El diablo? (En serio, algunos predicadores hablan más sobre el diablo que de Jesús). Al final de tus conversaciones, ¿puedes realmente inclinar tu rostro y dirigir una oración a Dios?

            LLAMADO:

Pablo, por lo tanto, nos anima diciendo: "Transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que podáis entender cual es la voluntad de Dios, que es buena, agradable, y perfecta." (Romanos 12:2). Él repite de nuevo en Efesios 4:23, "deja que el Espíritu renueve tus pensamientos y actitudes."

¿CÓMO?

Al no permitir que "ninguna palabra malsana salga de vuestra boca, sino la que sea buena para edificar a otros según sea necesario" (29).

Al dejar fuera "palabras indecentes, necedades, y chistes torpes" de tu vocabulario (5:4)

Cantando "salmos, himnos y canciones espirituales con otros, y haciendo música para el Señor en vuestros corazones" (5:19).

¿POR QUÉ?

Para que no "entristezcas al Espíritu Santo de Dios" (4:30).

Para que así tu puedas saber cuál es la voluntad de Dios (Romanos 12:2), ya que es a través de tu mente que él te habla.

SI NO QUE…

"Determina cuidadosamente lo que agrada al Señor" (5:10).

Y "deshacerse de tu vieja naturaleza pecaminosa y tu antigua forma de vida, tu antiguo modo de pensar, que está corrompido por la lujuria y el engaño " (4:22).

"No actuar sin pensar, pero entiendo lo que el Señor quiere que hagas" (5:17). No es que él no te está hablando, es que tu no estás escuchando y entendiendo lo que el está diciendo. Renueva tu mente!

RESULTADO:

Una entrega genuina al Señor la cual no podrás distinguir dónde empiezas tu y dónde termina El. Este tipo de adoración y sumisión será un aroma agradable a Dios, permitiéndote escuchar Su voz para que puedas saber cuál es Su voluntad.

Así que en el nombre de Jesús, te animo, para que empieces hacer cambios hoy. No te aferres a la pasada manera de pensar, sino aférrate a Él que sabe lo que es mejor para ti. Busca apasionadamente lo que agrada al Señor, escúchale, y sé lo suficientemente valiente para asumir el reto de hacer Su voluntad.

Que seas un imitador de Cristo el día de hoy.

Bendiciones!

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