jueves, 27 de junio de 2013

Cristo es mi bandera




Probablemente nosotros los Latinos somos los más patrióticos en todo el mundo. Frecuentemente vemos en la televisión y escuelas a nuestros Cubanos, Mexicanos, Dominicanos, Boricuas, Centro y Suramericanos con sus banderas de arriba para abajo representando a su país; alegres y bulliciosos como ellos solos. El color de la sangre de estas personas son los mismos colores de la bandera de su tierra –pelean y la defienden hasta la muerte. El famoso Puertorriqueño Fat Joe en la canción “Reggaetón Latino” por Don Omar, canta, “Y yo muero por la isla bonita, estamos!”

Aunque cada una de estas personas ha sido creada y diseñada por un mismo Creador, el modo de comunicarse y la identidad de cada uno es diferente. La cultura ha influenciado y formado en gran parte el carácter del individuo.

1)  La comunicación y formas de expresarse.

Tenía doce años cuando emigré a los Estados Unidos, y por primera me vine a encontrar con un Mexicano. “¿Qué onda, güey? ¿Como te llamas, carnal? ¿Qué transita por tus venas?” Fueron mas o menos las palabras que este amiguito me dijo. En mi mente me pregunté, “Qué me está diciendo este patojo?” “Mirá, vos. Yo me llamo Sergio. Y no me digás güey porque yo no soy ningún güey. ¿Qué es un güey?” Su respuesta: “Calmantes montes, mi buen. ¿Chido?” Para este tiempo yo todavía decía “Vení” en vez de “Ven.” “Mirá” en vez de “Mira.” “Vos” en vez de “Tu.”  Pero desafortunadamente mi acento natal se fue desapareciendo al relacionarme más y más con personas de diferentes nacionalidades.

Ahora bien, cuando conocí a Dominicanos, Puertorriqueños, y Cubanos ciertamente aprendí un nuevo vocabulario:

1)   “Pero ven acá mi helmano”
2)   “Acho maaaaaaaaaaaaano”
3)   “Ke la ké” =
4)   “Aseeeeeeeere” =
5)   Ajjos =
6)   La negra etá encendía en fuego
7)   Toy explotá

En fin, mil y una expresiones que te pintan una cultura latina diferente y acogedora.

2)  La manera de ser.

Yo soy Mexicano así que a mi me gusta el chile. Yo soy Afro-Americano y el hip-hop es mi vida. Yo soy Dominicano y nosotros inventamos el mangú y el morir-soñando. Yo soy Puertorriqueño y el ritmo caribeño lo llevamos en la sangre ¡Candela! Yo soy Guatemalteco y le cantamos a nuestra tierra a ritmo de marimba. Yo soy Centro-Americano y no hay nadie que haga mejores pupusas y tamales como nosotros. Yo soy Brasilero y el carnaval es lo nuestro. Yo soy Argentino, y el futbol es nuestra pasión. En fin, muchos de nosotros hemos dejado que los colores de nuestra bandera y la cultura de nuestra patria nos definan como personas.

Ahora bien, como Cristianos, la palabra de Dios en las escrituras declara que la bandera que nos debe definir e influenciar es otra:


“Y habiéndoos revestido de la nueva naturaleza, que se renueva hasta el conocimiento pleno, conforme a la imagen de su Creador; donde NO HAY Griego NI Judío, circuncisión NI incircuncisión, bárbaro NI escita, siervo NI libre, sino que Cristo es el TODO en TODOS” *


En otras palabras: CRISTO ES MI BANDERA!



Cuando abrazamos la patria celestial es ahí entonces cuando nos hacemos ciudadanos de ella.

            Así que como ciudadanos del cielo:

          1.     El acento de nuestra patria terrenal poco a poco se va disipando, y progresivamente vamos adoptando un nuevo vocabulario.

          2.     Nuestras papilas gustativas experimentan un cambio y nos llevan a un punto que intercambiamos el chile, mangú, morir-soñando, tamales, y las pupusas por el maná que el Señor nos manda del cielo.

          3.     Renunciamos a toda aquella música que no le agrada a El, y nuestros tímpanos llegan apreciar la verdadera melodía que alaba el nombre del Señor.

          4.      Ya no le cantamos a nuestra tierra con marimba, sino al Creador de esta. El ritmo de nuestra nueva patria celestial nos lleva una y otra vez a alabar y glorificar el nombre de Dios.


Una buena amiga en una ocasión me dijo, “Sergio, Dios trasciende la cultura.” Porque ciertamente en Cristo Jesús ya no somos Guatemaltecos, Puertorriqueños, Dominicanos, Mexicanos, Cubanos, Centro-Americanos, Afro-Americanos, Suramericanos, ni Norteamericanos. ¡En Cristo Jesús ya no somos influenciados ni definidos por la cultura y colores de nuestra bandera, sino por nuestra bandera celestial que es Cristo Jesús!


Así que… ¿Qué bandera de ahora en adelante deseas verdaderamente representar, defender, y hasta morir?


Así dijo Jehová el Señor: He aquí yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera” (Isaías 49:19, R60).



* (Colosenses 3:10-11, R60)

viernes, 14 de junio de 2013

Poseído por el Espíritu


“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento impetuoso, y llenó la casa donde estaban… Todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:2,4).




Siempre he oído hablar sobre la posesión demoníaca, pero rara vez, aun de Cristianos, hablamos sobre la posesión del Espíritu Santo. En Hechos 2 se nos habla del descenso del Espíritu Santo en el día de Pentecostés, y después de un sermón poderoso mas de tres mil personas se entregaron a los pies de Cristo. ¡Amen! ¿Pero será que el Espíritu Santo todavía se manifiesta de tal manera? ¿Cómo lo puedo experimentar?

1)   Se tu mismo

Cada uno de nosotros hemos sido dada una personalidad y una forma de ser única por nuestro Creador en el cielo; ¡Eres único! Y Dios te ha dado ese privilegio de ser diferente. ¿Qué quiere decir esto? Que tu tienes la habilidad con tu personalidad de alcanzar a alguien para Cristo que nadie mas tiene.

Los que me conocen saben que yo soy una persona alegre y me gusta reírme con todos. Ayer con mi risa, ademanes, y mi voz altiva llegué a una casa donde el jefe de la casa me recibió de la misma manera. Conocí a su esposa, a sus hijos, y a los abuelos, y estos me invitaron a cenar. Dicen por ahí que es mejor llegar a tiempo que ser invitado, y yo digo, "Amen!" El hielo se quebró, y entre rizas y chistes luego luego entramos en confianza.

2)   Escucha atentamente

El Señor constantemente nos pone en contacto con personas que necesitan ser bendecidas con palabras de aliento. Así que, de repente, entre rizas y chistes, la abuela de la casa empezó a hablar de su otra hija en México que había sido una mala madre. Atentamente empecé a escuchar y a orar para que Dios me diera las palabras correctas al ella terminar. Mientras contaba los eventos de la historia, la situación de la hija (con 6 hijos y sin padre en la casa), y la relación entre ambas, mi corazón se estremecía y dolía. ¿Cómo pude sentir esto yo cuando ni si quiera las conozco? Y de repente caí en cuenta: Mi corazón estaba sintiendo lo que el corazón de Jesús estaba viviendo.

Mi ser fue sobre tomado por una fuerza diferente a previas situaciones. La Biblia fue abierta, palabras de mis labios fluyeron, oídos y ojos estaban atentos, corazones heridos sangrando, y el Espíritu Santo trabajando llenando la casa donde estábamos. ¡Amen! ¡Gloria a Dios! El llamado del Señor fue aceptado, arrodillándonos en la sala todos clamamos al Todopoderoso. El jefe de la casa también profetizó, y el Espíritu santo se manifestó.

3)   ¡Celebra!

Después de gozarnos ante la presencia del Señor, volvieron las risas y la alegría en la casa. El padre del hogar me susurra, “bienvenido a la familia, compadre.” La señora me empieza a enseñar retratos de cada uno de sus hijos y me comparte los logros de cada uno de ellos; realmente estábamos teniendo una fiesta en esos momento. Lucas 15 nos enseña que en el cielo hay una gran fiesta cuando un pecador se arrepiente, y ¿Por qué no celebrar nosotros también?

El Espíritu Santo desea ansiosamente tomar posesión de tu mente y cuerpo para Su honra y gloria. ¡Anda! ¡Haz la prueba y veraz qué bueno es el Señor! (Salmo 34:8).


Que este día tu puedas ser poseído por el Espíritu Santo.

domingo, 2 de junio de 2013

Viernes de noche en un casino...


“Ante todo, insto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acción de gracias por todos los hombres… Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad… Deseo, pues, que los hombres oren en TODO LUGAR, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Tim 2:1,3,4,8).



El sol se esconde en el horizonte hacia el Oeste, y su luz pinta el cielo de mil colores. Las santas horas del Sábado se acercan poco a poco, y por ciertas circunstancias, fuera de mi control, me encuentro estacionando en el River Casino en Redding, CA. Qué irónico… Mientras miles y millones de Adventistas se apresuran a la iglesia esta noche para recibir el Sábado, yo me encuentro en este lugar listo para darle la bienvenida.

El estacionamiento está lleno, el nombre del negocio es atractivo, y entre más se obscurece la noche más personas entran al lugar. Me paseo por los pasillos, un guardia de seguridad se me acerca, y me pide revisar mi backpack; no resisto. Me pregunta si tengo mariguana o alcohol dentro de ella, y le respondo con un “no”. El da un vistazo, y después de darse cuenta lo que tengo en ella, me sugiere que cuide muy bien del bulto. Al retirarme se comunica por su radio diciendo, “Código 4 en el bag-check del varon de la camisa negra.” Sigo caminando y caigo en cuenta que a pesar de los cientos de personas divirtiéndose en este lugar, todos están siendo cuidadosamente vigilados.

Tomo asiento. Algunos comen, otros corren en busca de la cafeína, y aquellos se apresuran hacia el cajero para sacar más dinero, y mientras tanto, con una sonrisa, otras hacen fila en la taquilla para reclamar su recompensa. La voz “Let’s do it tonight… give me everything tonight… For all we know we might not get tomorrow” de Neyo en los parlantes anuncian que esta noche es la noche… Que esta noche puede ser su ultima de vida… Que solo se vive una vez. ¡Que lo disfruten!

Todos están aquí porque el ambiente y el lugar les prometen algo. La oferta de Red Hot Jackpots es de $5522.99, Aladdin $50,333.91, y Sun Queen $1,000. Para algunos es el entretenimiento, para otros la necesidad del dinero, para otros el olvido de sus problemas, ya que tienen poco dinero en casa, la situación con la familia es demasiada frustrante y prefieren estar aquí. Un anciano como de 80 años se sienta en mi mesa y me pregunta que si vine a contar mis pérdidas o mis ganancias; me río con el. Le pregunto qué hace aquí, y me contesta que vino para ver si el y su esposa se ganan el carro del año que se está sorteando, pero desafortunadamente alguien ya se lo ganó hace 41 minutos. En fin… Todos vienen aquí al encuentro de alguna promesa.

Cada individuo esta marcado: Algunos con tatuajes y otros con cicatrices en el corazón. ¿Cuál es su historia? Observando cuidadosamente a cada uno de ellos, me impacta la presencia de otro hombre sentado en mi mesa. Lo reconozco, pero nada mas que esta vez el no está sonriendo. Siento un dolor en mi pecho, y me doy cuenta que mi corazón se está identificando con el suyo. Me dice, “Tienes razón, Sergio. Cada uno de ellos está tras una promesa, y de igual manera yo también tengo cicatrices; ellos en sus corazones y yo en las palmas de mi mano. ¡No tienes idea cuanto los amo! Sus pupilas se tornan brillosas por la abundancia de liquido que inundan sus ojos.

Al meditar esta mañana en las palabras de 1 Timoteo 2, no puedo dejar de pensar en todas esas personas que observé anoche. Cada una de sus vidas están siendo cuidadosamente vigiladas por el Creador, Cristo también tiene promesas para ellos, y ciertamente El los quiere marcar con el sello de la salvación. La pregunta es, ¿Qué estamos nosotros haciendo al respecto?

Vivo  mi vida 5 meses a la vez; de Enero a Mayo y de Agosto a Diciembre; estos son los meses en los que estoy en la escuela, en mi burbuja Adventista, con mis amigos Cristianos, predicando y dando estudios Bíblicos a  los mismos que se les predica semana tras semana. Y me pregunto, “Quienes les están predicando a los de los Casinos? A los de los bares? A los de los night-club? A las prostitutas? A los ricos? A los que están fuera de nuestra burbuja? A los del real world?

El hecho es que muchos de nosotros no sabemos como acercarnos a este tipo de gente en esta clase de situación. ¿Cómo les hablamos de Cristo? Lo cierto es que alguien lo tiene que hacer, y muy pocos están dispuestos a salir de la rutina de evangelización y ser discípulos radicales. Nuestras rogativas, oraciones, y peticiones no deben ser, “Señor, por favor sálvalos.” Sino, “¡Señor, por favor dame las herramientas, la fe, el amor, las ganas, la valentía, las palabras, y tu Espíritu Santo, y USAME como instrumento divino para que sean alcanzados para salvación!

El llamado del Señor es para aquellos que quieran ser discípulos radicales. Recuerda que el Señor no llama a los capacitados, sino que capacita a los llamados. Salgamos de nuestra burbuja, de la zona cómoda, de la rutina, y seamos discípulos radicales para Cristo! Porque Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Bendiciones!