domingo, 2 de junio de 2013

Viernes de noche en un casino...


“Ante todo, insto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acción de gracias por todos los hombres… Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad… Deseo, pues, que los hombres oren en TODO LUGAR, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Tim 2:1,3,4,8).



El sol se esconde en el horizonte hacia el Oeste, y su luz pinta el cielo de mil colores. Las santas horas del Sábado se acercan poco a poco, y por ciertas circunstancias, fuera de mi control, me encuentro estacionando en el River Casino en Redding, CA. Qué irónico… Mientras miles y millones de Adventistas se apresuran a la iglesia esta noche para recibir el Sábado, yo me encuentro en este lugar listo para darle la bienvenida.

El estacionamiento está lleno, el nombre del negocio es atractivo, y entre más se obscurece la noche más personas entran al lugar. Me paseo por los pasillos, un guardia de seguridad se me acerca, y me pide revisar mi backpack; no resisto. Me pregunta si tengo mariguana o alcohol dentro de ella, y le respondo con un “no”. El da un vistazo, y después de darse cuenta lo que tengo en ella, me sugiere que cuide muy bien del bulto. Al retirarme se comunica por su radio diciendo, “Código 4 en el bag-check del varon de la camisa negra.” Sigo caminando y caigo en cuenta que a pesar de los cientos de personas divirtiéndose en este lugar, todos están siendo cuidadosamente vigilados.

Tomo asiento. Algunos comen, otros corren en busca de la cafeína, y aquellos se apresuran hacia el cajero para sacar más dinero, y mientras tanto, con una sonrisa, otras hacen fila en la taquilla para reclamar su recompensa. La voz “Let’s do it tonight… give me everything tonight… For all we know we might not get tomorrow” de Neyo en los parlantes anuncian que esta noche es la noche… Que esta noche puede ser su ultima de vida… Que solo se vive una vez. ¡Que lo disfruten!

Todos están aquí porque el ambiente y el lugar les prometen algo. La oferta de Red Hot Jackpots es de $5522.99, Aladdin $50,333.91, y Sun Queen $1,000. Para algunos es el entretenimiento, para otros la necesidad del dinero, para otros el olvido de sus problemas, ya que tienen poco dinero en casa, la situación con la familia es demasiada frustrante y prefieren estar aquí. Un anciano como de 80 años se sienta en mi mesa y me pregunta que si vine a contar mis pérdidas o mis ganancias; me río con el. Le pregunto qué hace aquí, y me contesta que vino para ver si el y su esposa se ganan el carro del año que se está sorteando, pero desafortunadamente alguien ya se lo ganó hace 41 minutos. En fin… Todos vienen aquí al encuentro de alguna promesa.

Cada individuo esta marcado: Algunos con tatuajes y otros con cicatrices en el corazón. ¿Cuál es su historia? Observando cuidadosamente a cada uno de ellos, me impacta la presencia de otro hombre sentado en mi mesa. Lo reconozco, pero nada mas que esta vez el no está sonriendo. Siento un dolor en mi pecho, y me doy cuenta que mi corazón se está identificando con el suyo. Me dice, “Tienes razón, Sergio. Cada uno de ellos está tras una promesa, y de igual manera yo también tengo cicatrices; ellos en sus corazones y yo en las palmas de mi mano. ¡No tienes idea cuanto los amo! Sus pupilas se tornan brillosas por la abundancia de liquido que inundan sus ojos.

Al meditar esta mañana en las palabras de 1 Timoteo 2, no puedo dejar de pensar en todas esas personas que observé anoche. Cada una de sus vidas están siendo cuidadosamente vigiladas por el Creador, Cristo también tiene promesas para ellos, y ciertamente El los quiere marcar con el sello de la salvación. La pregunta es, ¿Qué estamos nosotros haciendo al respecto?

Vivo  mi vida 5 meses a la vez; de Enero a Mayo y de Agosto a Diciembre; estos son los meses en los que estoy en la escuela, en mi burbuja Adventista, con mis amigos Cristianos, predicando y dando estudios Bíblicos a  los mismos que se les predica semana tras semana. Y me pregunto, “Quienes les están predicando a los de los Casinos? A los de los bares? A los de los night-club? A las prostitutas? A los ricos? A los que están fuera de nuestra burbuja? A los del real world?

El hecho es que muchos de nosotros no sabemos como acercarnos a este tipo de gente en esta clase de situación. ¿Cómo les hablamos de Cristo? Lo cierto es que alguien lo tiene que hacer, y muy pocos están dispuestos a salir de la rutina de evangelización y ser discípulos radicales. Nuestras rogativas, oraciones, y peticiones no deben ser, “Señor, por favor sálvalos.” Sino, “¡Señor, por favor dame las herramientas, la fe, el amor, las ganas, la valentía, las palabras, y tu Espíritu Santo, y USAME como instrumento divino para que sean alcanzados para salvación!

El llamado del Señor es para aquellos que quieran ser discípulos radicales. Recuerda que el Señor no llama a los capacitados, sino que capacita a los llamados. Salgamos de nuestra burbuja, de la zona cómoda, de la rutina, y seamos discípulos radicales para Cristo! Porque Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, que desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Bendiciones!

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