martes, 19 de febrero de 2013

¿Que tienes en la cabeza?


¿En que estas pensando, amor? Es usualmente lo que le pregunta la dama a su novio. La respuesta de el, “En nada.” Por  alguna razón, que no tiene sentido, a la mujer le explota esto; ¡simplemente no puede entender que su novio/esposo no esté pensando en nada! Créanme, damas. Nosotros los hombres tenemos la capacidad de estar en un punto en el cual no hay absolutamente nada en nuestra mente.  Estamos metidos en nuestra caja que se llama, “nada.” ¡Déjennos disfrutar de ella! 

En otras ocasiones, en el trajín de la vida, hombres y mujeres, nos ha pasado y nos preguntamos, “¿Para que entré a mi cuarto? ¿Qué fue lo que vine a buscar?” O entramos al supermercado a comprar algo en específico, y salimos de el con el carrito lleno de cosas con la excepción del artículo por la cual fuimos a la tienda. Cuando esto sucede, aquí en Puerto Rico te dicen, “Te fuiste en un viaje.”

Pero la pregunta que nos debiésemos hacer es, ¿Qué es en lo que constantemente nos hallamos pensando? ¿Qué es lo que tenemos en la mente? ¿Cuál es nuestro enfoque?

La palabra de Dios dice, “Sobre todo guarda tu mente porque es la fuente de la vida. Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de labios. Tus ojos miren lo recto, fija tu mirada en lo que está delante de ti. Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. NO te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda, aparta tu pie del mal” [Proverbios 4:23-27].

Jesús ciertamente declaro que lo que contamina al hombre no es lo que entra en él sino lo que sale de la mente. Vivimos en mundo en el cual somos influenciados por nuestros alrededores; familia, amigos, profesores, televisión, música, cultura, la moda, sociedad, etc. De hecho, el día de ayer estando en el gimnasio, noté que cada video de música que pasaba por la tv contenía un gran contenido de perversidades sexuales. ¿Por qué es esto importante? Porque lo que contemplas eventualmente es lo que llegas a desear y obtener. Nuestra mente es la fuente de vida. Esta se fortalecerá de lo que tu la alimentes.

En muchas ocasiones es necesario hacer un alto y meditar hacia donde nos esta llevando nuestro camino. “Examina la senda de tus pies” dice Dios. En otras palabras, ¿A dónde estas yendo? ¿Cuál es tu enfoque en la vida? ¿Qué tienes en la cabeza? Si tu boca habla perversidad, perversidad tienes en la mente. Si tus labios recitan iniquidad, iniquidad tienes en la mente. Si tus ojos son vagabundos y observan lo que no tienen que contemplar, eso mismo tienes en la mente. 

Lo que tenemos en la mente es muy importante para el bienestar del ser humano por la única razón que sea lo que sea que tengamos en ella, nuestro ser no se desviará ni a la derecha ni a la izquierda de ello. Un dicho anónimo por ahí dice así, “Cuidado con lo que ves porque lo que ves se convierten en pensamientos. Cuidado con tus pensamientos porque estos ser convierten en palabras. Cuidado con tus palabras por esas se convierten en acciones. Cuidado con tus acciones porque tus acciones se convierten en hábitos. Cuidado con tus hábitos porque tus hábitos forman tu carácter. Cuidado con tu carácter porque tu carácter lidera tu destino.”

Así que, el llamado que te hace Dios en esta mañana es, “¡Alto!” “Mi hijo(a), todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, EN ESTO PENSAD” (Filipenses 4:8).

Que Dios te bendiga.

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